Extrawurst

Una empresa con historia
     en vez de cuentos.

Conspirando nuevas creaciones

Conspirando nuevas creaciones

La historia de Extrawurst tiene un comienzo exquisito – en el sentido literal de la palabra. Porque antes de dedicarse a la parrilla, el fundador Lothar Hagebaum trabajaba de pastelero, horneando deliciosos pasteles y tortas. En aquella época de los años 70. Aún no se imaginaba dedicarse a las salchichas y las papas fritas – pero el joven padre de familia ya contemplaba fundar su propio negocio.

“Tenía ganas de acción y tenía que encontrar la manera de alimentar a mi familia”, recuerda Lothar Hagebaum. En una pastelería, los pasteles se preparan con mucha pasión en la trastienda – para que luego las venda otra persona en el mostrador. Así que el cliente apenas se entera del entusiasmo del pastelero. “De ahí que deseaba dedicarme a algo distinto, en dónde pudiera producir y a la vez vender el producto.”

Receta con potencial en vez de estrés con el jefe.

Receta con potencial en vez de estrés con el jefe.

Lothar Hagebaum quiere ser su propio jefe – y la idea reveladora le viene de un mercado navideño. Ahí al joven padre le salta a la vista un puesto americano con hamburguesas y perros calientes, que no deja de rondarle la cabeza. Sin dudar hace un dibujo de su propio puesto y encarga su construcción a un carrocero. En 1980 llega el gran momento: en la ciudad de Plettenberg se inaugura el primer puesto de Lothar Hagebaum.

Desde el comienzo el emprendedor pone el foco en ofrecer la máxima calidad y en la satisfacción del cliente. Más que nada quiere que sus platos sean verdaderos y deliciosos. Lo nota el cliente desde el primer día. Las hamburguesas, los perros calientes y las salchichas de Hagebaum se venden como rosquillas. En Semana Santa llega a vender hasta alrededor de 12.000 salchichas. No sorprende que en 1982 inaugurara el segundo puesto – y en 1983 el tercero. Siendo un apasionado asador, el fundador hasta inventa su propio embutido: la salchicha tipo Lüdenscheid, la cual se ha convertido en el producto estrella de Lothar Hagebaum.

El especialista en salchichas experimenta sin parar con nuevos sabores y con diversas salsas que cocina en casa. Y su familia le apoya. Su esposa se encarga del trabajo de oficina. Su hijo Kim, aunque no le dan a beber de la botella de Ketchup, sí acompaña a su padre los fines de semana a las entregas de los productos, para después ser premiado con una verdadera salchicha tipo Lüdenscheid. Así literalmente le va tomando el gusto. De pequeño lo que más le divierte son las ollas de juguete – y de adolescente ayudar con los sartenes de verdad.

Hacer el trabajo en vez de hacer el vago

Hacer el trabajo en vez de hacer el vago

¿Echarse a dormir? Eso no es una opción para Kim Hagebaum. Durante las vacaciones, en vez de perder el tiempo, el chico de dieciséis años se dedica a asar salchichas. La empresa de su padre ya ha crecido en los últimos años. Ahora ubica sus puestos mayormente en frente de los mercados de construcción y mejoramiento del hogar, y en el menú ya no se encontraban hamburguesas y perros calientes, sino exclusivamente salchichas y papas fritas. Kim colabora con fuerza, desde la mañana hasta la noche. Asa, fríe, y a menudo pela hasta 30 kilogramos de cebollas por día. En esa época aún no se imaginaba un futuro profesional en la empresa de su padre – pero eso va a cambiar dentro poco tiempo.

Trabajándose un puesto

Trabajándose un puesto

“Terminé una formación profesional para ser asistente en asesoría”, relata Kim Hagebaum, que hoy en día es el director de Extrawurst. “Pero cuando miraba por la ventana de mi oficina, sólo pensaba en una cosa: Quiero salir de aquí.” Dicho y hecho. Kim Hagebaum se da de baja y en 2004 vuelve al negocio de las salchichas. ¡Pero no recibe ningún trato especial por ser hijo del fundador! Antes de asumir el cargo directivo, trabajó detrás del mostrador, equipado con delantal y pinzas. Mientras los fines de semanas y por la noche estudiaba administración de empresas.

Los estudios le dieron nuevos impulsos, los cuales Kim puso en práctica con mucho afán. Los ordinarios puestos de salchicha se convierten en una marca. “Una noche toda la familia se juntó para meditar sobre un nombre. Él de ʻExtrawurstʼ nos hizo sonreír a todos.” (En alemán, Extrawurst no sólo se refiera a una ʻsalchicha extraʼ, sino también significa ʻcaprichoʼ). El nombre funciona y hoy en día adorna todos los puestos de esta empresa especializada en salchichas. Muchos más cambios ocurren: la imagen general se unifica mientras el marketing se vuelve más profesional y experimenta con nuevas ideas. Se realizan acciones con salchichas italianas y arrabiata de curry y con salchichas navideñas condimentadas con canela. Un día Kim Hagebaum hasta se puso un gigantesco disfraz de cerdo para llamar la atención hacía productos en oferta. Pero la idea verdaderamente pionera le llega en 2006.

Incesantemente sus empleados les piden consejos a Lothar y Kim Hagebaum para abrir sus propios puestos. Sin dudar mucho, Kim Hagebaum desarrolla el sistema de franquicia Extrawurst. Se aumenta la cantidad de puestos, sin embargo la calidad sigue teniendo preferencia frente a la cantidad. Se enfoca en inaugurar no más de cinco puestos al año. “Por supuesto podríamos abrir unas 20 sedes cada año. Y con un socio adecuado hasta lo haríamos con placer”, explica el actual director. “Pero no queremos precipitarnos. La verdadera calidad y la sostenibilidad son más importantes para nosotros que un crecimiento rápido.”

Buenas perspectivas en vez de malas noticias

Buenas perspectivas en vez de malas noticias

Hoy en día Extrawurst suma 22 en Alemania, goza de 65 empleados enérgicos y continuamente aumenta el número de franquicias. Cada año se venden alrededor de 1.000.000 de salchichas y 100.000 kilogramos de papas. Incluso se está introduciendo una aplicación móvil. Entretanto Lothar Hagebaum se ha retirado y ha dejado la dirección a su hijo Kim. En estrecha cooperación con sus empleados éste fomenta el avance de la empresa y se ocupa de que Extrawurst siga siendo un símbolo para algo muy concreto: verdadero. delicioso.

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